Historias de mi Polo

«Ni un fallo, ni un ruido. Este Polo es una joya»

La juventud es la edad de fantasear, pero también de perseguir aquellas cosas que nos hacen felices. Cuando contaba con 23 años, nuestro compañero José Javier Picallo, mando en Montaje, no dudó dos veces en ir a Alemania a comprarse el Polo GTI de sus sueños.

¿Qué modelo de Polo tienes?
—Un GTI del 2001. Lo compré de segunda mano en Alemania en 2005. Entonces tenía 90.000 km. Hoy tiene 260.000 km, y ya quedan pocos de ese modelo.

¿Cómo te enamoraste de él?
—En la época en la que se fabricaban aquí, yo acababa de entrar a la fábrica de electricista. Hacía retrabajos de electricidad. Fue entonces cuando me fijé en el acabado por dentro y por fuera. Es muy bonito, no hay otro igual.

¿Y no te animaste a comprarlo entonces?
—Llevaba poco tiempo trabajando y ya tenía otro coche, un Peugeot 205 GTI, así que no quería comprometerme con otra compra. En 2005, cuando quise, aquí ya no se fabricaban. Era el alto de gama, por eso se vendían más bien pocos. Fue entonces cuando empecé a buscar uno de segunda mano. Y como en España no había, empecé a buscar en el extranjero.

¿Por qué te decidiste por Alemania?
—Antes miré en otros países. Francia, Portugal, Bélgica… Me decidí por Alemania porque estuve unos meses viviendo allí y conozco un poco el idioma y a su gente. Al final, después de mucho mirar en internet, acabé cogiendo un avión con mi mujer dirección Stuttgart, una ciudad al Suroeste del país, cerca de la región de Alsacia en Francia.

¿Cómo fue la experiencia?
—Muy buena. Al llegar cogimos un tren hasta el pueblecito donde nos esperaba Andreas, su antiguo dueño. Nos invitó a comer gulasch y ensalada de col con salsa blanca. Me recordó mucho a los meses que pasé en Wolfsburg, en 2000, en FE (nave de prototipos), preparándome para el lanzamiento del A04. Por eso sabía que en Alemania la gente se suele comprar los coches con más equipamiento que aquí, y eso era lo que yo quería. Estaba muy conforme con el precio y, además, cuando llegamos, vi que el coche estaba en perfectas condiciones.

¿Cuáles son esos equipamientos?
—Navegación, asientos calefactados, lava faros, techo solar, faros xenon…

¿Cómo fue el viaje de vuelta?
—Paramos en Francia en un hotel para descansar. Aunque son 2.000 km y, sinceramente, se pueden hacer fácil del tirón. Otra de las facilidades que obtuve al comprarlo en Alemania fue que allí es común que al adquirir un coche te lo matriculen con un seguro especial que te permite circular cubierto por carretera durante un mes. Por eso pude llegar muy tranquilo hasta España y pasar la ITV, incluso dos semanas después de haber llegado. De hecho, todavía guardo las matrículas viejas como recuerdo.

¿Todavía funciona bien?
—El coche va como el primer día. No ha dado ningún fallo, ni un ruido. Es mi joya. No tengo ni una queja. De hecho, me atrevo a decir que el Polo GTI es el más bonito que ha habido hasta que ha salido el modelo actual. Tiene una estética inigualable, con una línea muy deportiva, ese acabado… Tengo que admitir que el A05 ha desbancado al mío.

¿Tienes más vehículos?
—Tengo un Volkswagen Passat, pero uso más el Polo. Es más pequeño, más manejable y anda mejor, al ser de gasolina. Es más suave, menos ruidoso. Incluso a mi hijo Joel, de 4 años, le gusta más el Polo, a pesar de que el Passat es más grande, un detalle que a esas edades cuenta mucho.

¿No tienes pinta de querer separarte de él?
—Así es. No tengo idea de venderlo. Yo creo que se jubila conmigo.

¿Qué crees que tiene el Polo para tener tantos fans?
—Creo que es un coche compacto, fabricado en España y de muy buena calidad. Es un deportivo muy bonito, muy fiable. El mío no es la excepción.