Cuatro amigos, unas vacaciones por Europa, nuevas experiencias, un histórico circuito de velocidad y dos coches, concretamente dos Volkswagen Polo GTI, son los principales ingredientes de esta historia. Un relato que nace en el deseo compartido por cuatro compañeros de Revisión Final, todos ellos antiguos integrantes del Programa de Aprendices de Volkswagen Academy: “Siempre habíamos querido ir al circuito de Nürburgring, para los amantes de los coches y de los circuitos es un sitio impresionante”, explica Jorge García.
Agosto de 2019 fue la fecha elegida para el desplazamiento al circuito, dentro unas vacaciones que durante 10 días llevaron a los cuatro trabajadores de Volkswagen Navarra “a recorrer más de 4.000 kilómetros entre países como España, Francia, Alemania, Suiza, Italia, Mónaco y Andorra”, como concreta Mikel González, que subraya la “excelente respuesta” que dieron, durante todos los recorridos, ambos coches.
“Mi Polo GTI, de color azul, va realmente bien. Lo adquirí en abril de 2018 y ya tiene 50.000 kilómetros. Es realmente seguro. En este tiempo sólo le he cambiado el tubo de escape”, señala Jorge García, mientras que Mikel Pérez, también muy satisfecho con el rendimiento de su Polo GTI de color blanco, sí que ha introducido “algún cambio más” a su coche, como suspensiones y llantas, “porque me gusta mucho personalizarlo”.
Historia de la velocidad en un entorno natural único
Pertrechados en ambos coches, Sergio, Mikel, Jorge y Mikel llegaron al circuito de Nürburgring tras visitar la localidad de Tréveris y el famoso Castillo de Eltz. “Ya teníamos mirado previamente qué días se podía entrar al circuito. Una vez allí sólo tuvimos que comprar nuestro pase, que vale 25 euros para cada vuelta al circuito —de 20,8 kilómetros de longitud—, y acceder con nuestros coches”, detalla Sergio Sola.
“Toda la zona que rodea al circuito es muy bonita, verde, con muchos bosques. Una vez dentro se respira ambiente de automovilismo, se aprecia la afición por los coches. Nosotros dimos dos vueltas cada uno, una como piloto y otra como copiloto. La curva carrusel es espectacular, es la más famosa, la más llamativa, formada en el suelo por grandes cuadros de cemento un tanto irregulares”, explica Mikel González, que destaca que “hasta las pintadas en el asfalto, tan características de este circuito, le dan un toque muy especial a la leyenda de Nürburgring”.
Los dos Polo GTI concluyeron ambas vueltas al circuito sin sobresaltos, algo que agradecieron —dado el funcionamiento de la instalación— los cuatro trabajadores. “No hay una especie de seguro al entrar al circuito y, en caso de accidente o desperfecto en el circuito, tienes que hacerte cargo de todo. Dentro del circuito puedes encontrarte coches de todo tipo. De hecho, también hay gente que alquila allí los coches para dar vueltas al circuito”, explica Jorge García, que subraya, junto a Sergio Sola, “el comportamiento de los dos GTI en el exigente trazado de Nürburgring, “ofreciendo muy buena conducción, unos trazados muy firmes y una gran sensación de seguridad”.
Fotos y nuevos planes en torno a míticos trazados
Tras cumplir su sueño de pisar el acelerador del Polo GTI en una de las catedrales mundiales de la velocidad, Sergio, Mikel, Jorge y Mikel pudieron acceder a la completísima galería de imágenes que brinda el equipo del circuito a los participantes. “Hay repartidos por el recorrido -comenta Sergio Sola- más de 15 fotógrafos y ellos se encargan de hacerte un montón de fotos en distintos puntos. Luego, tras verlas y si te interesan, puedas adquirirlas al precio de 10 euros la unidad”.
Tras una jornada llena de intensidad y emociones en el histórico circuito, los cuatro compañeros de Revisión Final se tomaron una semana para completar sus vacaciones y retornar a Navarra al volante de sus Polo GTI, realmente “satisfechos” con el funcionamiento mostrado por ambos coches y “gratamente sorprendidos” con el consumo medio de combustible durante el viaje: apenas 6,5 litros cada 100 km. En una cita histórica con una de las grandes infraestructuras europeas de la velocidad, nuestro Polo GTI había mirado a los ojos, de tú a tú, al mítico “Infierno Verde”.