‘El gran juego. Es tu vida, juega tu partida’. Nuestro compañero Luis Ros es un apasionado de la psicología positiva, el desarrollo personal, la productividad… Lleva unos 10 años informándose sobre estos temas. Hoy, la meditación y el ejercicio físico son claves en su rutina. Un día, paseando por el monte, decidió recopilar todos sus conocimientos en un libro. Pretende ayudar a otros a controlar su juego, su vida, y enseñarles a evitar que sea al revés.
¿Cuándo te empezaste a interesar por temas de
desarrollo personal y psicología positiva?
—Llevaré unos diez años leyendo y aprendiendo cada día sobre estos temas. Pero no empecé porque me gustara, sino por una experiencia personal. De repente, sales de la universidad y parece que vas a comerte el mundo. Yo estudié Ingeniería. Nadie te enseña a trabajar y ves que todo es un poco caótico. Quieres hacer muchas cosas, pero tienes todo descontrolado. Al ver que lo que me habían pintado no se parecía en nada a la realidad, decidí empezar a leer sobre estos temas.
¿Calificarías ‘El gran juego. Es tu vida, juega tu partida’ como un libro de ‘autoayuda’?
—No me gusta esa etiqueta. Sí que hay libros de autoayuda, pero muchos, desde mi punto de vista, son poco realistas. Te hacen pensar, pero luego hace falta llevar eso a la realidad, y muchos no lo
consiguen. Prefiero calificarlo como psicología positiva o aplicada. Hay que poner la autoayuda sobre suelo firme y llevarla a la práctica .
¿En qué partes se divide tu publicación?
—Toco muchos temas, como la motivación, el ejercicio físico, la meditación, la alimentación… Pero consta de tres partes principales. Primero trato de dar herramientas para construir hábitos, tanto en lo personal como en lo profesional. Hábitos para potenciarte a ti mismo y ganar energía. En la segunda parte, paso a hablar de cómo estructurar la forma de pensar. Por último, es el turno de encontrar un sistema propio de organización del día a día y llevarlo a la práctica.
¿Crees que una persona puede cambiar su vida si lee tu libro?
—No puedes hacer las cosas por otra persona. Lo que pretendo es intentar ayudar o aconsejar a organizarse mejor en varios aspectos. Hay gente que se compra un libro y cree que le va a cambiar la vida por el simple hecho de leerlo y tenerlo en la mesilla, pero así no funciona. Está en uno mismo el querer cambiar. Lo que pasa es que este estilo de libros se ha puesto de moda y eso es un problema a veces. La cuestión es querer cambiar de verdad tu estilo de vida y creer en que puedes lograrlo.
¿A ti te costó mucho incorporar a tu vida todo lo que recoges en178 páginas?
—Todos los días aprendo algo nuevo, siempre investigo y pruebo todo lo que encuentro: dietas, hábitos de sueño, ejercicios… Al final uno tiene que encontrar su propio ciclo, cuándo y cuánto dormir, cuándo y qué comer… Día a día sigo incorporando cosas.
¿Cómo es tu rutina diaria?
—Bueno, es un poco de locos (ríe). Ahora la he cambiado un poco porque he tenido otro niño y llevo al colegio al mayor. Me levanto sobre las 5.30 o 6 h. Para mí la meditación diaria y los ejercicios de respiración son muy importantes. Dedico una media hora a esto. Después, hago ejercicio en casa, otro pilar fundamental. Invierto en ello más o menos otros 30 minutos, y luego desayuno, saco al perro y hago las tareas de casa. Por último, llevo a mi hijo al colegio a las 9 h. Antes de llegar a trabajar a la fábrica ya tengo el día hecho. La tarde ya es para los niños y las tareas de casa. Después de cenar leo libros de este tipo y suelo dormirme pronto, hacia las 21.30 o 22.
Tienes tu día a día muy medido… Pero, ¿cómo mantienes todo controlado en el trabajo?
—Siempre reservas un espacio del día para imprevistos. Tener un método de trabajar es esencial para mantener el control. No siempre lo respetas, pero te ayuda a ver las cosas con perspectiva. Si tu vida la marca el correo electrónico o el móvil, poco control tienes. Lo primero que hago al llegar al trabajo es pensar y ver lo que tengo por delante; y al irme, comprobar qué me espera al día siguiente. No llego y me dejo llevar por el primer correo que leo. Me organizo cuando tengo una visión general de todo.
¿Cómo recomiendas afrontar la lectura del libro?
—Si lo lees y quieres hacer todo a la vez es imposible. La gente hace mucho eso con las dietas. Por ejemplo, una persona que habitualmente come mal y que a partir de un día quiere cambiar toda su rutina de golpe, dura una semana porque se amarga, se frustra, es normal. Pero si primero se propone comer cenas sanas durante tres semanas, se convierte en costumbre. Luego pasa a los desayunos y así sucesivamente. Tenemos que disciplinarnos a nostros mismos y, sobre todo, fijar la atención en lo que hacemos, algo que a todos nos resulta difícil, cada vez más.
¿Próximos proyectos?
—Quiero organizar talleres para ayudar a las personasa aplicar en su día a día las cosas que cuento en el libro. Y ya tengo pensado añadir algún capítulo más a ‘El gran juego’.