José Manuel Salvador, madrileño de 28 años, se enamoró a primera vista del modelo que producimos en nuestra fábrica en 2011 y, desde entonces, han pasado por sus manos ocho Volkswagen Polo de diferentes generaciones.
Historias de mi Polo
En 1995 nuestro compañero Miguel acompañó a su madre a comprar un Polo 1900 SDI. Pasó por las manos de ésta, luego por las suyas y ahora lo conduce su hijo pequeño Martín. El coche tiene 22 años y de momento sigue en la familia.
En el año 2003 Pedro Esparza adquirió su Polo A04 y a día de hoy sigue con el mismo modelo, el único coche que poseen en la familia.
Pedro Ángel Valerio se hizo en octubre del año pasado con un Polo por medio del servicio de ‘renting’ de Volkswagen Navarra y se lo cedió a su hijo Alejandro, para que este gozara de cierta autonomía en su nueva ciudad, Castellón de la Plana.
Con sólo 30 años, Gonzalo ya ha tenido tres Volkswagen Polo. Enamorado de la marca Volkswagen, su tesoro es un G40 de 1993 que compró a un compañero y al que le falta poco para poder ser matriculado como clásico.
Durante veinte años, la familia Blanco García ha utilizado su Polo 1900 casi todos los días del año. El coche nunca le ha dado ningún problema. Es como uno más. Tanto, que si tuvieran que deshacerse de él, a sus hijas les costaría lagrimones.
El paso de los años ha hecho que la familia Mina necesite un nuevo vehículo. Ésta es la razón por la que Miguel Ángel decidió beneficiarse del ‘renting’ que Volkswagen Navarra ofrece a sus empleados desde hace casi un año.
He aqui la historia de dos amigas, vecinas de Ardoi, compañeras de taquilla y trabajadoras de la fábrica, enamoradas del coche que ayudan a fabricar: Polo. Recientemente su entusiasmo les ha hecho entrar a formar parte del Club Polo.
Sorprende en esta época ver un automóvil con un cuarto de siglo de antigüedad, como el de nuestro compañero Ernesto Roqué. Pero sobre todo sorprende el buen estado en el que se encuentra, prueba de que cuidando con esmero un coche de calidad, el resultado es excelente.
La juventud es la edad de fantasear, pero también de perseguir aquellas cosas que nos hacen felices. Cuando contaba con 23 años, nuestro compañero José Javier Picallo, mando en Montaje, no dudó dos veces en ir a Alemania a comprarse el Polo GTI de sus sueños.