César Rodríguez recuerda perfectamente la época en la que adquirió el Polo A03. “Llevaba poco tiempo en la fábrica, por aquel entonces en el taller de Montaje, y mi hijo mayor apenas tenía 8 meses. La verdad es que fue una maravilla poder coger un coche así. Siempre es bonito poder conducir el coche que has ayudado a fabricar”, subraya.
