En primera persona

javier Urabayen en la fábrica de Volkswagen México, en una zona ubicada junto a la línea de montaje

Trabajadores por el mundo Javier Urabayen “Sólo veo aspectos positivos de trabajar en México, tanto en lo personal como en lo profesional”

En agosto de 2018, Javier Urabayen comenzó una nueva etapa profesional en Volkswagen México, donde conviven más de 11.000 trabajadores. Tras completar su primer año en el país americano, nuestro protagonista destaca que su adaptación ha sido excelente, aunque en ocasiones echa de menos “el orden de Volkswagen Navarra y la tranquilidad de una ciudad pequeña como Pamplona”.

¿Cómo y cuándo nace la opción de trabajar en México? ¿Qué necesidades se plantean para este proyecto?
La verdad es que todo fue bastante rápido. Matthias Schalk, anterior director de Calidad de Volkswagen Navarra, me comentó a comienzos de 2018 que dentro de mi desarrollo en el área de Calidad tenía que ir a trabajar a otra planta. Posteriormente, él se hizo cargo del área de Calidad de la marca en las fábricas europeas, y en abril me llamó para preguntarme si querría ir a Volkswagen México, ya que estaban buscando un responsable para Calidad Fabricación. Era un puesto similar al que yo desarrollaba en Volkswagen Navarra, y consideraba que por el idioma y por mi experiencia podría encajar muy bien. Yo no me lo había planteado tan rápido, pero consulté en casa y tanto mi mujer, Susana, como mi hijo, Adrián, me animaron y decidimos contestar que sí. De esta forma, vimos cómo podríamos organizar todo en la fábrica y junto a Emilio Sáenz decidimos que podría empezar en México el 1 de agosto del 2018. Y así fue.

¿Cuáles son tus principales labores y responsabilidades en Volkswagen México?
Internamente esta compañía está compuesta por tres fábricas. Yo llevo la dirección de Calidad Fabricación de las tres. En la primera, de segmento 1, se fabrica el nuevo Jetta, con unos 750 coches al día en dos turnos durante cinco días a la semana. En la segunda, de segmento 2, se fabrica el Tiguan All Space y hasta el pasado mes de julio los Beetles (cabrio y coupé), con unos 900 coches al día durante seis días a la semana. Y, por último, en la tercera, del segmento 3, se fabrican el Golf y el Golf Variant, y ahora estamos empezando el lanzamiento de un nuevo SUV, con unos 350 coches al día en un turno durante cinco días a la semana. Yo tengo un departamento grande, con unas 600 personas. Mi responsabilidad consiste en asegurar la calidad del producto y la estabilidad de los procesos desde Prensas hasta Coche Terminado, pasando por Chapistería, Pintura, Montaje y Revisión Final, hasta dar el alta al coche en ZP8. Por último, también formo parte del Comité de Responsabilidad Social Corporativa, que me permite dar otro punto de vista y, al mismo tiempo, conocer otros aspectos sociales fuera de la fábrica.

¿Cuáles son las principales diferencias, a la hora de trabajar, entre la fábrica de México y la de Navarra?
Principalmente las dimensiones. Aquí está todo magnificado. Hay muchísima gente en todos los sitios, en las líneas, en las reuniones… También destaca que los flujos productivos no son tan directos como en Volkswagen Navarra. La logística interna y los flujos de los procesos para fabricar los seis modelos no son, en todos los casos, lo perfectos que podrían ser, puesto que se han tenido que adaptar procesos generados para un modelo a modelos muy diferentes. En el trato personal y en el día a día me llama la atención la importancia que dan a la jerarquía. En Volkswagen Navarra es un trato más directo entre todos, cada uno tiene una función y todos son importantes. En México todavía se le da mucha importancia a la jerarquía y, al final, las decisiones las toma siempre el gerente o el director. Eso hace que muchas veces nadie asuma la responsabilidad de temas compartidos y cueste mucho cerrar algunos asuntos que en otras plantas van más rápidos. Por lo demás, hay bastante gente preparada y con estudios, que trabaja correctamente y sigue los estándares de la marca. Tal vez echo de menos un poco más de iniciativa, proactividad y responsabilidad, sobre todo de cara a forjarse un futuro.

¿Qué imagen tienen allí del trabajo que se realiza en las fábricas europeas y en especial en Volkswagen Navarra?
Tienen la imagen de que en Europa todo está más ordenado, automatizado y profesionalizado. Que también se trabaja duro, pero con mejores condiciones laborales. La gente que conoce Volkswagen Navarra la tiene como un referente, tanto en productividad como en calidad. Tienen una imagen muy buena, la de una fábrica pequeña, moderna, muy productiva, ordenada y que hace coches de muy buena calidad.

¿Algún aspecto que, en positivo, te haya llamado la atención de la manera de trabajar y organizar las cosas en México?
Lo que más me ha llamado la atención es que en México si tomas la responsabilidad y decides, las decisiones se ejecutan rápidamente. Hemos hecho muchas cosas este año que posiblemente, en otras fábricas, habrían supuesto mucha más burocracia y habrían costado más tiempo.

¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrenta actualmente Volkswagen México?
En estos momentos en Volkswagen México hay una serie de cambios importantes. Está viviendo un cambio generacional, desde el presidente de la compañía hasta varios consejeros, y también en el área de Producción y Calidad hemos venido gente nueva. Se está generando la región NAR de la marca, que incluye México, Estados Unidos y Canadá, y eso hace que se estén asumiendo tareas que anteriormente estaban en la central de Wolfsburg. Trabajamos mucho con la fábrica de Chattanooga, en Estados Unidos. El principal reto es asegurar el futuro y conseguir volúmenes de ventas que permitan saturar la capacidad de fabricación que tiene esta planta, ya que hoy estamos por debajo de la capacidad, motivado en parte por la baja demanda de algunos de los modelos que estamos fabricando, como el Jetta. De hecho, este año hemos vivido una importante reducción de personal.

El idioma, en este caso, no es una barrera. ¿Cómo ha sido la adaptación a la cultura y a las costumbres mexicanas?
La verdad es que el idioma ayuda mucho. Desde el primer día me han aceptado realmente bien, tanto en el trabajo como en la vida fuera de la fábrica. Nos hemos integrado rapidísimamente. Tanto mi esposa como mi hijo están muy contentos. La gente aquí es muy amable. Te ayudan en todo, te llevan a ver todos los sitios,  te invitan a sus casas, son muy simpáticos y alegres. ¡Parecen navarros! El país es espectacular, una maravilla, con unos potenciales naturales impresionantes. Estamos intentando visitar el mayor número de zonas posible, y la verdad es que son sorprendentes, aunque, como es sabido, tienen el problema de la inseguridad y la corrupción. No es tan patente en el día a día, no da esa sensación, hay seguridad en todos los sitios, pero la verdad es que hay una serie de premisas, normas y cuidados que hay que respetar para evitar posibles problemas.

¿Alguna costumbre mexicana del día a día que te ha llamado la atención?
Se desayuna en grandes cantidades y luego se come mucho en la calle, ya que hay muchos puestos y restaurantes, y sobre todo con mucho picante. Por otro lado, a los mexicanos les gusta viajar y moverse, no paran. Es gente trabajadora, que mete muchas horas, pero igualmente saben que después del trabajo hay más cosas. Disfrutan también de la vida fuera del trabajo.

¿Y alguna cosa que eches de menos especialmente del día a día de Volkswagen Navarra y de Pamplona?
El orden de la fábrica lo echo de menos, y también la tranquilidad de una ciudad pequeña como Pamplona, que la puedes recorrer paseando de punta a punta en una hora. Obviamente, también echamos de menos a la familia, que como navarros la podemos poner en mayúsculas, LA FAMILIA. También a los amigos y a los compañeros de la fábrica, pero mantenemos contacto continuamente y me llegan todas las noticias rápidamente. Además, desde México sigo a Osasuna y, ahora, en Primera División, con más ganas.

¿Cómo son los días libres en Puebla? ¿Cómo es la zona y la ciudad? ¿Y tus planes de ocio?
El clima es perfecto, todos los días solemos tener sol y la temperatura siempre está entre los 14 y los 16 grados por la noche y entre los 22 y los 27 grados durante el día. La ciudad tiene un casco antiguo colonial espectacular, con una gran plaza del castillo (Zócalo) en el centro y una gran catedral. También tiene varios museos importantes para visitar y muchas zonas de ocio. Además, destacan otras zonas más modernas con grandes edificios, bares, restaurantes, discotecas… En este año que llevamos hemos visitado todos los alrededores del estado de Puebla, que es muy bonito. Su volcán es lo más representativo, es impresionante. También hay zonas de montaña a un par de horas de Puebla en las que puedes pasar el fin de semana, con bonitos lagos en los que se pueden pescar truchas para que después te las cocinen y te las comas, aunque no son a la navarra, son a la diabla, con mucho picante. También a tres horas y media en coche puedes estar en las playas de Veracruz o Acapulco, con lo que puedes planear escapadas de fin de semana. Desde el aeropuerto de Puebla hay viajes diarios a Cancún y a otras zonas turísticas, que son realmente económicos y que merece la pena aprovechar. Nosotros hemos estado varias veces en la zona de Cancún, Playa del Carmen y Tulum, donde hemos podido visitar tanto la playas como las impresionantes ruinas mayas de Tulum y Chichén-Itzá. Este año la idea es ver más la zona del Pacífico, el norte de México y aprovechar la cercanía de Estados Unidos para conocer el país.

¿Qué aspectos positivos tiene, en tu opinión, poder trabajar una temporada en otro país?
Sólo veo aspectos positivos en esta experiencia. Primero, desde el punto de vista personal, como familia, es una experiencia muy buena, ya que se refuerza aún más la relación. Además, conocer otras culturas y a otras personas, te hace ver que no eres el centro del mundo, sino que hay muchas cosas buenas fuera. Te abre la mente. En segundo lugar, en el aspecto profesional, también aporta. Por un lado, para darle valor a lo que hacemos y tal vez pasaba desapercibido, para detectar que estamos capacitados para trabajar a un buen nivel en cualquier planta del grupo y, por otro lado, para aprender otra manera de hacer las cosas, en ocasiones, más sencilla y mejor.